lunes, 23 de diciembre de 2013

El Cristo que todo lo ve de Rio de Janeiro


En estos últimos años y los que vienen, se están celebrando muchos acontecimientos en Brasil y para ser más exactos, en Río de Janeiro. Empezó el verano pasado con la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que reunió a varios millones de jóvenes. En ese mismo verano, tuvo lugar la Copa Confederaciones. En el mes de junio y julio del 2014 se disputará el mundial y el año que viene (2015) las olimpiadas. Por eso me parece importante, destacar un monumento muy conocido y desconocido al mismo tiempo, el Cristo Redentor de Rio de Janeiro. Así que a disfrutar.


Este monumento es una estatua de Jesús de Nazaret. Mide 38 metros de altura, eso sin contar con la peana sobre la que está, que mide ocho metros. Está situada en un monte a 710 metros de altitud, es decir, más alto que la meseta española. Gracias a esta altura, ha hecho posible que el Cerro del Corcovado, el monte donde está situado, se convierta en uno de los miradores más famosos del mundo, por ser uno de los más altos.

Se empezó a construir en 1926, pero la idea era muy anterior. Surgió a finales del siglo XIX, por el presbítero católico Pedro María Boss. El primer apoyo oficial que recibió fue el de la princesa Isabel. El problema fue que la idea no se definió del todo y no había ningún motivo "especial" para construirla. Pero con el paso de los años y se vislumbró la ocasión perfecta para empezar el proyecto, el aniversario de la independencia de Brasil.

Cuando el proyecto se puso en marcha se nombró a Héctor da Silva responsable del proyecto y al arquitecto francés, Paul Landowski, como la mano que daría forma al proyecto. 

Se empezó a construir en 1926 y se terminó después de cinco años, en 1931. La inauguración fue el 12 de octubre de 1931. Iba a ser especial porque tendría una participación mundial, es decir, que la iluminación se iba a activar desde Nápoles (Italia), pero por el mal tiempo no fue posible, ya que causaba interferencias en la señal que se mandaría de la ciudad italiana a la ciudad de América del Sur. La iluminación fue activada desde una plataforma local.

La forma que tiene ahora no es la que había pensado da Silva en el proyecto original. A lo largo de los años, se han dado varias modificaciones. El primer proyecto consistía en una imagen de Jesús sosteniendo una cruz en la mano izquierda y un globo terráqueo en la otra mano.

Un regalo para la vista

“La imagen de Cristo cuenta con una espectacular iluminación que engalana las noches de la capital del estado del mismo nombre. A través de tres ascensores y escaleras mecánicas, los turistas pueden disfrutar de una de las más espectaculares vistas como la Laguna Rodrigo de Freitas, las playas de Ipanema y Leblon, el Jardín Botánico, el Jockey Club y gran parte del Parque de Tijuca, hacia la parte sur; mientras que por el norte es posible admirar Copacabana, Botafogo, Flamengo, la Bahía de Guanabara y el Monte de Pão de Açúcar. En la parte frontal es posible contemplar el centro de la ciudad, la Bahía de Guanabara y Niteroi; y desde el oeste aparecen el Estadio Maracaná y una parte del Parque Tijuca, además del Océano Atlántico. 
El ascenso al Monte de Corcovado es un verdadero paseo ecológico que se hace mediante un tren eléctrico, que atraviesa el Parque Nacional de Tijuca y permite obtener las mejores vistas de los paisajes más hermosos de la ciudad y a la vez ayuda a conservar la selva, ya que parte de la recaudación de la boletería es destinada al Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) para la preservación de la vegetación. 
Sin dudarlo, esta se convertirá en una de las mejores experiencias que tendrá el turista que visite Brasil, ya que estará en la cima de Río de Janeiro bajo la atenta mirada de Cristo Redentor” 1