La Pirámide de Kukulcán, conocida también por “El castillo”, se construyó en el siglo XII d. C., por los mayas itzáes en la antigua ciudad de Chichén Itzá, fundada originalmente por el pueblo maya en el siglo VI d.C. en el territorio perteneciente al estado mexicano de Yucatán.
Las culturas de las antiguas civilizaciones mesoamericanas (extendidas desde el sur de México al noroeste de Centroamérica) de los aztecas y mayas desarrollaron un tipo de arquitectura piramidal que también estaba al servicio de los dioses, pero que, a diferencia de las pirámides egipcias, carecía de finalidad funeraria, exceptuándose el templo maya de Palenque, que tiene una cámara funeraria con una tumba.
Las culturas de las antiguas civilizaciones mesoamericanas (extendidas desde el sur de México al noroeste de Centroamérica) de los aztecas y mayas desarrollaron un tipo de arquitectura piramidal que también estaba al servicio de los dioses, pero que, a diferencia de las pirámides egipcias, carecía de finalidad funeraria, exceptuándose el templo maya de Palenque, que tiene una cámara funeraria con una tumba.
En el atardecer del equinoccio de primavera y otoño, se observa en la escalera norte del Templo de Kukulcán, una proyección solar con forma de serpiente, como resultado de la sombra que proyectan las nueve plataformas, al ponerse el sol. Consiste en triángulos invertidos de luz, que descienden hasta las cabezas de la serpiente emplumada que se encuentran en la base de la escalinata.
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